El Santuario de Ntra.Sra. de Gracia
Al sureste del casco urbano de Caudete, en la carretera de Villena, el Santuario de Ntra. Sra. de Gracia de Caudete (Albacete) está compuesto por la Iglesia, viviendas anexas donde vive permanentemente una personao familia cuyos miembros ejercen la labor de “santeros” (personas que se ocupan del mantenimiento y cuidado del Santuario y su entorno), y las modernas instalaciones de la Sala de Mantos. De su gestión y conservación se encarga la M.I. Mayordomía y Cofradía de Ntra. Sra. de Gracia.
El templo, tal cual se le puede admirar hoy día, data del siglo XVII, en concreto se empezó a construir el 29 de septiembre de 1741, dándose por concluido en agosto de 1758. La obra, en un principio, fue sufragada por fondos aportados por el obispado, el Ayuntamiento y el vecindario, lo cual no resultaría suficiente, ya que a fines del año 1748 la reserva económica estaba casi agotada, lo cual produjo una reacción popular en la que los vecinos colaboraron activamente como mano de obra, acarreando materiales con sus carros, etc. Sin embargo el impulso final no llegaría hasta que fue nombrado cura párroco de la localidad en 1755 D. Cristóbal Antonio Marín Malla, que contaba con abundantes bienes y recursos particulares, y que no dudó en invertir buena parte de ellos en la obra para su definitiva terminación. El amor de este religioso por el edificio, y su devoción a la Virgen, le llevó a solicitar ser enterrado en la Ermita, junto al altar mayor, lo cual le fue concedido. Buena prueba de todo lo que acabamos de contar lo supone la lápida escrita que se encuentra en una de las paredes de la casa que hay al lado del templo, y en la cual encontramos el siguiente texto:
“Se dio principio a la obra de esta Iglesia de Nª Sª el año 1741, y se concluho en el de 1758, a espensas de las limosnas de los fieles. Colocose esta SS Imagen el 21 de Setiembre del mismo año, con asistencia del Ilmo. Dor. D. Juan Elias Gomez de Terán, Obispo que fue de esta Diócesis por tiempo de 20 años, siendo lector el Dor. D. Cristobal Antonio Marín, Vicario Foráneo, Esaminado Sinodal, Calificador y Comisario del Santo Oficio de la Inquisición de Murcia”.
Pero las continuas obras para el mantenimiento de los edificios han sido continuas desde entonces, la Mayordomía se ha ocupado sin descanso de conservar tanto el templo como las edificaciones anexas. Señalaremos como ejemplos más recientes las obras realizadas en el año 1995, cuando se restauró la cúpula, el Camarín de la Virgen (con una magnifica labor de restauración de D. José Ortuño), el interior del templo (pintura, instalación eléctrica, megafonía), etc.
Hasta ahora nos hemos referido al edificio del Santuario tal como existe en la actualidad, el que se construyó entre 1741 y 1758, pero tenemos constancia de que con anterioridad existían otras construcciones. Ciertamente el edificio actual vino a sustituir a otro más reducido que dataría del siglo XV, posterior al año 1414, fecha en que, según la tradición, fueron encontradas las sagradas imágenes del a Virgen y San Blas. Y aún tenemos constancia de la existencia de un templo más antiguo, que dataría del periodo anterior a la dominación musulmana, y del cual se nos habla en la crónica fechada en 1568 de Gonzalo Polanco, paje del señor obispo de Orihuela, y al cual haremos referencia más ampliamente en el apartado siguiente.
Visto ya un poco el pasado del Santuario, ahora procederemos a la descripción de la construcción actual.
Una vez hemos llegado, lo primero que llama la atención al visitante es la hermosa fachada pintada al fresco en 1907 por Agustín Espí, la cual imita los elementos arquitectónicos de una fachada gótica.
En la pared lateral exterior orientada hacia el Norte se halla una placa que nos habla de las relaciones en el pasado del Santuario con la Santa Sede y la ciudad de Roma con un Decreto Pontificio del Papa Pio IX, en la que dice lo siguiente:
“Por decreto Pontificio de 7 de julio de 1867 esta Iglesia fue unida, agregada e incorporada en la Sacrosanta Basílica Patriarcal de Santa Maria la Mayor de Roma. En virtud de este Decreto todos los fieles de ambos sexos que visiten este Santuario bien dispuestos, pueden ganar indulgencias y privilegios en la forma acostumbrada.”
Cuando accedemos al interior pasamos al espacio religioso propiamente dicho, la Iglesia, con una planta de cruz latina compuesta por tres naves, la central de mayor altura, separadas entre ellas por pilares con pilastras adosadas unidos por arcos de medio punto. Además, las naves laterales se hallan divididas por arcos de medio punto que las compartimentan en tres espacios por nave, por lo que hasta 1936 se daba la existencia en ellos de seis capillas. Hay otra nave transversal que donde se cruza con la central presenta una hermosa cúpula. Todo el espacio interior se halla iluminado por unas vidrieras de gran belleza y luminosidad, donadas en los años setenta, que dan al recinto religioso una luz diáfana difuminada por los intensos colores de los ventanales.
En las paredes de ambas naves laterales, nos encontramos con seis grandes representaciones pictóricas del reconocido pintor caudetano, aunque alicantino de adopción, José Perézgil, por desgracia recientemente fallecido en 1998. El tema de los grandes cuadros son episodios de la vida de la Virgen Maria, como son “La Inmaculada”, “La Encarnación”, “La Visitación”, “La Adoración de los Reyes”, “La Purificación” y “La Asunción”. Estos fueron encargados en 1959 al pintor, que los realizaría entre 1960 y 1961. Los grandes lienzos, pintados al óleo, son un exponente claro de las constantes de la obra de Perézgil, las cuales nos apunta Rubí Sanz Gamo en su libro “Pintores albacetenses contemporáneos” , y que son “la preocupación por el color y por la luz modeladora de formas en las que a veces se vislumbra cierta complacencia en los volúmenes cúbicos”. Jugando con estas características encontramos unos cuadros plenos de espiritualidad y majestuosidad, cuyas figuras transmiten al observador una enorme fuerza interior, acentuada por la riqueza de colorido y la intensidad de la luz. También del mismo autor son las figuras de los cuatro Evangelistas pintados en la parte inferior de la cúpula de “media naranja”.
Tras el altar, se encuentra el gran retablo barroco, cuyos orígenes se remontan al siglo XVIII, tras la construcción del Santuario, si bien por desgracia fue destruido en los trágicos sucesos del inicio de la Guerra Civil. Tras los acontecimientos bélicos, se acometió la tarea de reconstruir el retablo con arreglo a la mayor fidelidad al modelo perdido, basándose en antiguos grabados y fotografías de época. Dicha restauración fue realizada por el artista F. Rodríguez San Clement, que finalizó su obra en 1944. El retablo se compone de siete cuadros, tres a cada lado y uno superior, mientras que en el centro se encuentra un espacio abierto que a través de un cristal muestra el interior del camarín y permite el que se pueda admirar la figura de la Virgen de Gracia de Caudete.
Prosiguiendo nuestro recorrido, a la derecha de este retablo se encuentra la puerta de la Sacristía, por la que accedemos a una estancia donde se halla una cripta en la que, según la tradición, fueron encontradas las imágenes de Nuestra Sra. de Gracia y San Blas en el año 1414, tras haber sido escondidas allí durante la dominación musulmana. Junto a la cripta, se halla un cuadro colgado firmado por Francisco Martínez, y fechado en 1853, y en el que se indica que es “copia verídica del retablo”, y que sin duda sirvió para llevar a cabo la restauración de los años cuarenta.
A través de una escalera, subimos al piso superior, y llegamos a la parte de atrás del camarín, cuyo frontal abierto ocupaba el lugar central del retablo. En el debemos admirar en primer lugar el precioso suelo compuesto de azulejos con motivos vegetales de cerámica valenciana originales del siglo XVIII, y cuyo valor económico actual sería incalculable.
En el interior del camarín hallamos la venerada imagen de la Virgen de Gracia de Caudete. Se trata de una copia del original medieval que fue destruido en la Guerra Civil. Tras la guerra, el 26 de marzo de 1941 se encargara una nueva talla en madera de ciprés, réplica exacta de la anterior, que será realizada por el escultor D. Miguel Bañón Díaz, y esta es la escultura que hoy día se puede ver en este camarín. Nos encontramos con una talla en madera de unos 70 cm. de alto que representa a la Virgen sentada sobre los llamados “libros del saber”, manteniendo en la mano izquierda al Niño Jesús y en la derecha el globo terráqueo, que realmente es un fragmento de la antigua imagen, lo único que se pudo recuperar de su destrucción en el año 1936.
Sobre la figura de la Virgen se encuentra colgada una campana que, según la tradición, fue encontrada en 1414 junto a las imágenes religiosas, y que tiene unas dimensiones de 33 cm. de diámetro, 28 cm. de altura y un peso de 20 Kg. Su datación ha sido fijada por el Dr. Francesc Llop i Bayo entre 1370 y 1420, con una fecha aproximada de 1380, y presenta una epigrafía en mayúscula gótica con un texto en latín que dice “AVE MA RIA VOX DE SO NAT”, cuya traducción sería “Ave María. Suena la voz de Dios”.
Desde aquí, dejando atrás el camarín, pasamos a la antigua sala de mantos, que ahora sirve como sala de exposición de objetos de culto religioso. En ella se encuentra actualmente un cuadro sobre el tema de “La huida a Egipto”, que, como aparece escrito en su reverso, fue donado en 1722, y estudios recientes lo adscriben a la Escuela del pintor Juan de Juanes (+ 1579), y cuyo lugar original era una de las antiguas capillas, en concreto una de las situadas en el lugar más cercano a la puerta de entrada del extremo de la nave central.
El santuario de Ntra. Sra. de Gracia, Patrona de Caudete, es un magnífico templo en estilo barroco construido sobre otro anterior del que ya tenemos noticias en el s. XVI.
La mayor parte de las obras de este templo tuvieron lugar entre 1741 y 1758, apoyadas por el Obispo de Orihuela, don Juan Elías Gómez de Terán. Presenta planta de cruz latina con tres naves, amplio crucero no destacado en planta y gran cúpula sobre crucero. El camarín, de cabecera plana, ocupa un amplio espacio dentro de la distribución del edificio.
Según cuenta la tradición religiosa, la Virgen de Gracia se apareció al pastor Juan López el 1414 anunciándole la ubicación de las imágenes de la propia Virgen y San Blas en este paraje. Dicho milagro viene narrado en el retablo mayor de la iglesia. Anexa a la sacristía se conserva la cripta en la que, según la tradición, se encontraron ambas imágenes.
De especial interés en el santuario son las seis pinturas de José Perezgil, artista de origen caudetano. Estos óleos fueron realizados entre 1960 y 1961 y representan relevantes episodios de la vida de la Virgen.
La fachada del templo, remodelada y pintada al fresco en 1907 por el muralista Agustín Espí, tiene una original inspiración neogótica. El monumento fue declarado Bien de Interés Cultural en 1992.
Ubicado dentro del santuario se encuentra el Museo Sala de Mantos de Ntra. Sra. de Gracia. Este museo exhibe la extensa colección de mantos de la Virgen, además de obras de arte de los ss. XIV al XX.
El museo recibe visitas de grupos previa concertación con el propio santuario o con la Oficina de Turismo.